jueves, 25 de marzo de 2010

DELIRANTE Y UTÓPICO




 Estaba fuera de quicio
cuando escribí una oración
en el sabio buscador
de mi página de inicio.

Pedí que me contestara
para alegrarme un poquito,
pero aunque el mundo es chiquito
no logré que la encontrara.

No se dio mi petición
ni se abrió ningún portal,
la indiferencia total 
en respuesta a mi pregón.

Pregón que solicitaba:
¡Dame señales, mi amor!
Escrito a toda pasión
para la que ya no estaba.

Yo pedía una locura
que jamás podría otorgar
el que tanto sabe dar
con realidad y cordura.

No digo que estoy frustrado
por la función no cumplida,
sin embargo hay una herida
que en mi pecho se ha cruzado.

Mañana habrá otra versión
que oficios nuevos presente,
y ese buscador potente
comprenda mi enajenación.

Quizá entonces pueda hallar
inmediata solución
para que mi corazón
vuelva otra vez a pulsar.




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Jorge Horacio Richino.

Copyright.
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Poema simultáneamente publicado en:



y otras páginas y ediciones del autor.

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