Que hay un tiempo
para todo
de eso no me queda
duda,
mas si la desilusión
me atrapa
las esperanzas se
mudan.
Con éstas se van las
musas
de sutil inspiración,
y se mueren los
poetas
que apagan su
corazón.
Nace un sentimiento aciago
en melancólicos
poemas,
porque el juglar
desolado
clama en sus letras
la pena.
¡Que renazca la
alegría,
el amor y las
pasiones!
Y se alegren los
poetas
para sembrar
bendiciones.
Finalmente ellos no deben
padecer más de la
cuenta,
pues la poesía merece
poder vivir más
contenta.
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Jorge Horacio Richino
"Poeta del Ciberespacio"
Todos los derechos reservados.
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